Los rodillos amortiguadores están diseñados específicamente para cintas transportadoras en puntos de recepción de material para reducir el impacto del material que cae sobre la cinta transportadora. Se han desarrollado principalmente para entornos corrosivos como plantas de lavado de carbón, plantas de coque y plantas químicas. Estos rodillos poseen una dureza que supera en más de diez veces la de los metales comunes. Son resistentes a la corrosión, antiestáticos y no dañan la cinta transportadora, lo que los hace ampliamente utilizados en operaciones mineras. El rendimiento anticorrosión superior de los rodillos amortiguadores les permite tener una vida útil que puede superar la de los rodillos normales en más de cinco veces cuando se utilizan en entornos corrosivos.